Saber decir no.
Justamente ayer me invitaron a una venta corporativa donde participaban varias marcas que ofrecían grandes descuentos.
Me doy cuenta en este tipo de
eventos de que la gente se endeuda con tal de tener una satisfacción
momentánea. No importa que las siguientes 3 quincenas viva muy justo de
presupuesto, prefieren comprar algo en ese momento que no es indispensable,
pero sienten que no puede dejar pasar la oportunidad. Mientras caminaba por los
pasillos veía la expresión de las personas y varias veces escuché: "cómpralo
se te ve increíble”, “cómpralo para eso trabajas”, “cómpralo, si no es ahora
cuando” y mi pregunta para esas personas sería ¿y cuándo va a ser tiempo de que
empieces a ahorrar/invertir para tu futuro o tu vejez?
Lo que no se dan cuenta es que ese
algo no es necesario o es un lujo y está bien si tienes un “sobrante de dinero” y
te quieres dar ese gustito, sin embargo para un 90% de las personas no es así.
La publicidad nos induce a
comprar cada vez más, a que “vales más” si usas cierta marca o te da mayor
status o prestigio, pero la verdad no es así, sólo son ideas que nos han
vendido. No importa lo que portes, sino la personalidad con la que lo hagas.
En la venta me encontré a una
amiga y estaba viendo una blusa y le pregunté si la iba a comprar, su respuesta
fue no. Me llamó la atención ese "no" tan convencido ya que realmente le había
gustado mucho la blusa e incluso se la había probado y me dijo que debía
ahorrar y que se había propuesto juntar cierta cantidad antes de que se acabara el año, así que todo
restaba en lugar de sumar.
Creo que si todos nos pusiéramos
una meta financiera y realmente nos comprometiéramos con nosotros mismos a
darnos un manazo cuando queramos comprar algo que no necesitamos o que es un
gasto hormiga, se nos haría mucho más fácil ahorrar.
Hay situaciones simples pero que
con un ejemplo nos dan una gran enseñanza. Seguramente alguna vez has vivido
algo similar. En la mayoría de las tiendas departamentales incluso ofrecen
meses sin intereses y siempre me pregunto por qué debería de seguir pagando por
algo que ya caducó como es el caso de una comida, o unas vacaciones.
Mi recomendación siempre es haz tu presupuesto y apégate a él. No digo
que no te des estos “gustos” de vez en cuando pero entonces crea una cuenta,
guarda en un sobre o en una alcancía cierta parta mensual de tu sueldo que se
llame gustos y apégate a comprar únicamente lo que te alcance con esto.
Es solo una reflexión, ojalá te
sirva para ser más consiente la próxima vez que se te antoje comprar algo que
realmente no te hace falta.
Felices finanzas,
Sofía Cárdenas
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